Detrás de sus ojos

Última novela publicada en español de la escritora Sarah Pinborough

Amanecer

Novela de ciencia ficción de la escritora Octavia Butler.

Planetas invisibles

Reseña de "Planetas invisibles", antología de ciencia ficción china traducida por Ken Liu.

Críticas de series.

Repaso a las series vistas en los últimos meses: Big Little Lies, Doctor Who, Jane the Virgin, Orphan Black, Iron Fist, Please Like Me, The Defenders y Veep.

Doctor Who

Impresiones sobre la serie de ciencia ficción, desde su etapa clásica.

30/6/14

Crónicas de Mallorea III: El Señor de los Demonios



El Señor de los Demonios (Demon Lord of Karanda)
David Eddings (Traducción de Mª Eugenia Ciocchini)
Crónicas de Mallorea #3 (The Malloreon #3)
Planeta DeAgostini
393 páginas | 2006


Garion y sus amigos siguen persiguiendo a la malvada hechicera Zandramas, pero caen en manos del emperador de Mallorea, Zakath, quien, aunque los trata con amabilidad, los retiene prisioneros en Cthol Murgos. Alguien intenta envenenar al emperador, pero Belgarath lo salvará con una flor milagrosa. 


El libro comienza con un prólogo muy interesante dedicado a los reinos Angaraks (Mallorea Cthol Murgos, Gar og Nadrak y Mshrak ac thull), Dalasia, Karanda y Melcene. Ayuda a entender la situación que se vive en los reinos del este y que han ido apareciendo desde el primer libro.


Es el libro que más me ha costado leer. La trama se detiene excesivamente en las dos primeras partes "Rak Hagga" y "Mal Zeth" donde los miembros de la profecía son retenidos por Kal Zakath, personaje del que esperaba muchísimo más  después de todo lo que se había contado de él anteriormente.  Su relación con Garion me ha resultado muy forzada.

En los primeros capítulos del primer libro, Los Guardianes del Oeste, Zakath es presentado como una persona cruel, la cual siembra las tierras de sus reinos vecinos de cruces donde crucifica a sus enemigos, además, se hace llamar así mismo Kal, relevando a la figura de Torak. Con el transcurso de la historia vamos obteniendo más información y conocemos los motivos que llevan a Zakath a actuar así, incluso veremos como se replanteará ciertas cuestiones cuando descubre la verdad. David Eddings ha intentado humanizar al emperador de Mallorea, como ya hizo con Urgit pero el resultado está muy desdibujado. No me convence. 


En "Ashaba", la tercera parte, Belgarath, Polgara, Garion y todos los miembros de la profecía,  tendrán que enfrentarse a nuevos peligros. Y es que no sólo Zandramas quiere causar el caos. Un ser desconocido ha comenzado a invocar a una gran multitud de demonios.  La trama se adentra en un tema que siempre ha estado presente: la religión. Pone de manifiesto la gran lucha que existe en los reinos entre las figuras religiosas, y las figuras del gobierno. Aunque esto también sucede en los reinos del Oeste con el culto del oso (seguidores del dios Belar), aquí en las tierras angaraks esto es más notable debido a las grandes intrigas que tienen lugar en sus reinos. Tenemos no solo bandos religiosos y políticos enfrentados, sino varios bandos religiosos enfrentados entre sí, y evidentemente, sucede lo mismo entre el gobierno.


La última parte, "Las Montañas de Zamad" es la más interesante. Vuelve a retomar el ritmo de los libros anteriores. Y la trama se desenreda, y es que son muchos los personajes que aparecen en esta historia para poner en peligro la misión de nuestros protagonistas. Zandramas, Naradas, Urvon, Harakan, Agachak,  Nahaz... 



Especial:


26/6/14

El señor de las moscas






El Señor de las Moscas (Lord of the Flies) 
William Golding (Traducción de Carmen Vergara)
Alianza Editorial 
249 páginas  | 2008   (19º reimpresión)

Fábula moral acerca de la condición humana, El señor de las moscas es además un prodigioso relato literario susceptible de lecturas diversas y aun opuestas. si para unos la parábola que William Golding estructura en torno a la situación límite de una treintena de muchachos solos en una isla desierta representa una ilustración de la tesis que sitúan la agresividad criminal entre los instintos básicos del hombre, para otros constituye una requisitoria moral contra una educación represiva que no hace sino preparar futuras explosiones de barbarie cuando los controles se relajan.



Seguramente mi formación ha hecho que me decante más hacia una lectura de la novela, que a la otra (la educación represiva), en la que no he pensado en ningún momento hasta después de leer la sinopsis que aparece en la contraportada.

La idea de agresividad como un instinto básico del hombre ha sido mi idea sobre el tema central sobre el que giraba la novela. Era uno de mis temas favoritos durante los años de universidad porque da tanto para debatir... En psicología social, existen varias perspectivas teóricas que tratan de explicar las relaciones que se establecen entre los seres humanos. Una de ellas, la Orientación Etogénica, defiende que un individuo asume determinados esquemas y roles dependiendo del entorno en el que se encuentre.


Algunas variables situacionales pueden hacer que nos comportemos de una manera que ni siquiera nosotros hubiéramos imaginado de nosotros mismos. En los años 60 Philip Zimbardo creó una prisión donde llevo a un grupo de jóvenes a los que dividió en dos grupos (prisioneros y guardianes) mediante el azar. A los seis días tuvieron que cancelar el experimento pues hubo cambios drásticos en la conducta de los jóvenes. En palabras de Zimbardo, "la experiencia deshizo toda una vida de aprendizaje y los valores humanos se suspendieron, emergiendo el lado más vil, feo y patológico de la naturaleza humana".


En la novela de William Golding, esta variable es la isla deshabitada a la que llega el grupo de chicos. Aunque no se menciona  mucho sobre sus vidas, es evidente que es una vida acomodada (hijos de generales, etc.) que ahora tendrán que vivir una situación extrema rodeados de desconocidos en condiciones bastante duras.

El deseo de agredir y hacer daño era irresistible.

Tras ser derribado el avión en el que viaja un grupo de chicos, los supervivientes, todos menores, llegan a una isla deshabitada. En un primer momento todos se encuentran dispersados por la isla, hasta que Ralph, el protagonista de la historia, hace sonar una caracola alentado por Peggy, un niño gordito, asmático y con gafas al que nadie hace caso justo por esto (le comprendo), a pesar de ser uno de los personajes en demostrar una gran inteligencia dando ideas para poder sobrevivir.  Después de reunirse todos alrededor de Ralph comienzan a poner algunas normas de convivencia, y también a realizar una serie de apuntes sobre qué es lo que tienen que hacer en el lugar, y qué es lo importante. Para algunos intentar ser rescatados, para otros, cazar para comer o porque al menos eso es divertido... Así los bandos irán formándose poco a poco.

- ¡Caracola, caracola!- gritó Jack. - Ya no necesitamos la caracola. Sabemos quienes son los que deben hablar, ¿para qué ha servido que hable Simon, o Bill, o Walter? Ya es hora de que se enteren algunos que tienen callarse y dejar que el resto de nosotros decida las cosas".


Tal vez la novela muestra rápidamente los bandos, con Ralph y Jack a la cabeza de cada uno. La novela tiene unos capítulos muy lentos donde siguen mostrándose estos signos de división, pero no mucho más... y de repente todo sucede de manera demasiado precipitada.

Los últimos capítulos nos muestran cómo han cambiado los jóvenes durante el periodo que han vivido en la isla, y cómo algunos de ellos (o todos) son capaces de cualquier cosa para conseguir  lo que ellos piensan es justo. En ningún momento me he planteado que lo que sucede en la isla sea debido a la falta de personas adultas en la isla.  Tiene un buen final... aunque rompe de algún modo con el ambiente opresivo que había creado de una manera tan rápida que tengo la sensación de que ha faltado algo.

25/6/14

El beso más pequeño #1

El problema es que mi cabeza no está nunca despejada.
Mi cerebro es  una casa de campo para demonios. Vienen a menudo y cada vez son más numerosos. Se preparan aperitivos con el licor de mis angustias. Se sirven de mi estrés porque saben que lo necesito para avanzar. Todo depende de la dosis. Demasiado estrés y mi cuerpo explota. Demasiado poco, y me paralizo.
Pero el demonio más violento soy yo mismo.

El beso más pequeño
Mathias Malzieu