Detrás de sus ojos

Última novela publicada en español de la escritora Sarah Pinborough

Amanecer

Novela de ciencia ficción de la escritora Octavia Butler.

Planetas invisibles

Reseña de "Planetas invisibles", antología de ciencia ficción china traducida por Ken Liu.

Críticas de series.

Repaso a las series vistas en los últimos meses: Big Little Lies, Doctor Who, Jane the Virgin, Orphan Black, Iron Fist, Please Like Me, The Defenders y Veep.

Doctor Who

Impresiones sobre la serie de ciencia ficción, desde su etapa clásica.

19/8/14

Crónicas de Malloreada IV: La Hechicera de Darshiva


La Hechicera de Darshiva (Sorceress of Darshiva)
David Eddings (Traducción de Mª Eugenia Ciocchini)
Crónicas de Mallorea #4 (The Malloreon #4)
Planeta DeAgostini
383 páginas | 2006


Garion, Belgarath, Polgara y sus amigos persiguen a la hechicera Zandramas por todo el mundo. Poseída por el Destino de las Tinieblas, Zandramas quiere utilizar al pequeño hijo de Garion en un ritual que destruiría toda la bondad y belleza de la Tierra. La vidente de Kell les advierte que si quieren vencer los diabólicos planes de Zandramas deben llegar al ‘lugar que ya no existe’ al mismo tiempo que ella. Sin embargo, nadie sabe todavía dónde se encuentra ese lugar.


Con este libro la trama vuelve a tener un poco más intensidad, después de la bajada de ritmo con El Señor de los Demonios donde varios capítulos se me hicieron repetitivos e incluso aburridos. 

Esta dividido en tres partes, dedicadas al Imperio Melcene, del cual conocemos su historia principal durante el prólogo. "Imperio Melcene", "Peldane" y "Darshiva" nos van dando una idea de hacia donde se dirigen los pasos de los protagonistas, aunque no toda la trama tendrá lugar en estos lugares.

Uno de los puntos más destacados de este cuarto libro es que volvemos a ser testigos de lo que está sucediendo en otros reinos, como los del Oeste, donde Porenn ha recibido información de los miembros de la profecía y comenzará a trabajar en cómo ayudar a sus amigos, con la celebración de un consejo alorn bastante peculiar. 

También tendremos noticias de Urgit, el rey de Cthol Murgos; de Kal Zakath, emperador de Mallorea; e incluso de Agachat, el jerarca murgo. Estos puntos de vista me resultaron muy interesantes pues siempre han sido relevantes en la trama mientras están en compañía de Garion y los otros miembros de la profecía, pero no hemos tenido narración desde su punto de vista hasta ahora.  Claro que también tendremos noticias sobre la posición de todos los personajes a través de las informaciones que les llegan a nuestros protagonistas.   Me ha parecido una historia por tanto mucho más completa, viendo como todos comienzan a jugar sus últimas cartas. 

Las historias de David Eddings no suelen destacar por sorprender con algo totalmente inesperado. Puede haber cosas sorprendentes pero no hay grandes giros en la trama. En esta ocasión el final me ha dejado muy sorprendida.  Sin embargo esperaba más de varios personajes, más aún cuando uno de ellos da título a uno de los libros... entiendo que se han ido abriendo tantos frentes con enemigos que algunos tenían que cerrarse antes del libro final, pero creo que me hubiera deshecho antes de "otro" personaje. Esperando leer el final para ver cómo termina esta saga. 


Especial:


10/7/14

Sabor a Chocolate


Sabor a chocolate
José Carlos Carmona
Punto de lectura
100 páginas  |  2008


Hace más de sesenta años, Adrian Troadec vio a una chica salir de una clase de música. Dos guerras mundiales después, aún funciona la fábrica de chocolate que abrió para conquistarla.


El libro comienza en 1963, cuando Eleanor Trap llega en un vuelo desde Estados Unidos a Suiza para vivir su sueño. Allí la recibe Adrián Troadec, su tío, dueño de una fábrica de chocolates que abrió décadas atrás para conquistar a la mujer de su vida. 

Corría el año 1922 cuando Adrián Troadec conoció a Alma Trapolyi. Se enamoró de ella al instante y durante años luchó para ser visible para ella. Se convirtió en el mejor jugador de ajedrez del mundo, y como ella seguía sin fijarse en él, decidió crear una fábrica de chocolates, conocedor de lo mucho que a Alma le gustaban. 

La historia continúa narrando todo lo que sucedió desde ese momento de 1922, cuando Adrián se fijó en Alma, hasta el año 2001. Así seremos testigos de todo lo que sucede en la familia que el joven soñador intenta crear. 

Es una lectura muy rápida (una hora aproximadamente), con capítulos muy cortos y porque va contando la historia sin detenerse demasiado en cada suceso. Los años corren deprisa, como en la vida cuando cuentas una historia que queda ya muy lejos en tu memoria. Es una historia como muchas otras, pero está contada muy bien, y es que si a esta historia de amor, y sobretodo de supervivencia, le añades una serie de datos literarios, musicales, y de hechos históricos relevantes, la historia mejora bastante. A mí ha sido lo que más me ha gustado, el modo en el que está contado, y es que los datos que ha elegido para adornar su narración están muy bien elegidos. 


No es una lectura que vaya a cambiarte la vida, pero sí hacerte pasar un buen rato navegando por décadas de la historia que cambiaron el mundo. Claro que si no os gustan esos datos de "ese año los Beatles tocaban..." tal vez el libro no os guste nada. 


Según he visto en goodreads, el escritor, José Carlos Carmona, publicó después Sabor a Canela. No guarda relación directa con Sabor a Chocolate, ya que la historia queda bien cerrada, pero tienen ciertas cosas en común, como la música (la protagonista también es violonchelista, como Alma), y los sueños. Si lo encuentro en alguna biblioteca seguramente lo lea. 

1/7/14

Juego de Tronos #2



  De todo Desembarco del Rey, 
  el único lugar que a Arya le 
  gustaba era su dormitorio, 
  y lo mejor de este era la puerta, 
  una plancha enorme de roble 
  oscuro con tirante de hierro negro. 
  Cuando cerraba aquella puerta 
  y bajaba la tranca, nadie podía 
  entrar, ni la septa Mordane, 
  ni Tom el Gordo, 
  ni Sansa,  ni Jory, 
  ni el Perro, 
  ¡nadie! 
  La cerró.


Juego de Tronos 
pág. 215

Ilustración de Arya Stark,
por Enrique Corominas