Cómo pilotar una nave espacial
Bandinnelli
Amarante
176 páginas | 2015
Accesibilidad:
Libro disponible en el gestor de la ONCE.
Jan desea convertirse en piloto de naves espaciales, pero carece de las habilidades y conocimientos necesarios para hacerlos, pues por el momento ha suspendido el examen en veintitrés ocasiones, motivo por el que le apodan Jan "Solo". Si de algo no carece el protagonista es de determinación. Quiere ser piloto de naves espaciales y que haya suspendido, hasta el momento, una cantidad importante de ocasiones no va a detenerle. Decide buscar la ayuda de una profesional, Emily "Abuela" Fastson, la mejor piloto de carreras. El plan, sencillo en un principio, termina complicándose cuando la pareja se encuentra (en medio de la nada) con Saltos. Todo se complica cuando aparece un grupo de pelirrojos.
Una historia entretenida, con buen ritmo, y unos personajes interesantes que van apareciendo dando a la trama central más dinamismo. Y es que en esta historia no seguiremos solamente los pasos de Jan, sino la de más personajes relevantes de Colonia A y Colonia B. Por ejemplo, los cónsules, Don Amanecer de Menta y Ser Gordo, con quienes Bandinelli muestra un humor inteligente y nos hace reflexionar sobre distintos temas políticos que por desgracia están a la orden del día. Es este uno de los puntos más llamativos de la novela, pues el autor utiliza estas situaciones para escribir sobre ciudadanía, democracia, ciencias, el maravilloso mundo de las patentes... y lo hace de una manera divertidísima.
Claro que también domina el humor más "básico"... vamos a dejarlo en un humor más escatológico, que seguro será más del agrado del escritor. ¿Quién no ha vivido en alguna ocasión algo semejante a la situación que vive Saltos en su entrada en la trama? Un momento glorioso.
Una historia entretenida, con buen ritmo, y unos personajes interesantes que van apareciendo dando a la trama central más dinamismo. Y es que en esta historia no seguiremos solamente los pasos de Jan, sino la de más personajes relevantes de Colonia A y Colonia B. Por ejemplo, los cónsules, Don Amanecer de Menta y Ser Gordo, con quienes Bandinelli muestra un humor inteligente y nos hace reflexionar sobre distintos temas políticos que por desgracia están a la orden del día. Es este uno de los puntos más llamativos de la novela, pues el autor utiliza estas situaciones para escribir sobre ciudadanía, democracia, ciencias, el maravilloso mundo de las patentes... y lo hace de una manera divertidísima.
Claro que también domina el humor más "básico"... vamos a dejarlo en un humor más escatológico, que seguro será más del agrado del escritor. ¿Quién no ha vivido en alguna ocasión algo semejante a la situación que vive Saltos en su entrada en la trama? Un momento glorioso.
Todo ser humano, o ser a secas, ha vivido ese momento de frustración en que espera que algo que no tiene una solución fácil o rápida, se resuelva por la propia inercia de las cosas. Pero las leyes de la realidad implican la necesidad de la existencia de la causalidad. Esto es, la relación causa-efecto en la que el segundo suceso se deduce como una consecuencia del primero.
Desde hacía mucho tiempo quería leer la novela, pues seguía a Bandinnelli a través de su página y cuando anunció la publicación entro a formar parte de La Pila. Sin embargo no fue hasta hace unas semanas cuando por fin pude disfrutar de su lectura. Cómo lamento no haberlo leído antes, porque me divertí muchísimo mientras lo hacía.
Espero que esta no sea la última aventura de Colonia A (o Colonia B) y que podamos seguir disfrutando de los personajes creados por Bandinnelli. Una novela corta que recomiendo mucho a toda persona que quiera disfrutar de una lectura entretenida, donde humor y ciencia ficción (con guiños a obras clásicas del género) funcionan a la perfección. El escritor estará por el Celsius este año, por el momento no como invitado, así que siempre podéis haceros con un ejemplar y perseguirle por Avilés para ver si conseguís exclusiva de Siulfo o Saltos...