Tenía muchas ganas de leer la novela pues las reseñas y comentarios que había leído eran en su mayoría positivos, sumado a la presentación que hizo el autor durante el Celsius que también me resultó muy interesante. Tal vez todo lo anterior provocó que tuviera altas expectativas y han hecho que no disfrute con la historia tanto como esperaba.
Confieso que no soportaba al protagonista y eso hizo que desconectara de la historia en varias ocasiones. Marc Pastor me comentó que era normal pues es un personaje odioso, pero en mi caso ha sido una barrera difícil de saltar. La trama me hubiera atrapado más si no conociera la película de La invasión de los ultracuerpos, pues de esta manera no imaginaría cómo se iban a desarrollar los hechos con los datos que el escritor iba ofreciendo. Destaco la atmósfera que ha creado Pastor para esta nueva historia situada en la ciudad de Barcelona.
Víctor Negro es asistente social de un programa de atención a ancianos. En su día a día coordina visitas para ver cómo se encuentran las personas acogidas al programa, hablar con ellos y con el personal contratado para que asista a los usuarios.
Es verano. Hace muchísimo calor. Víctor está agotado y su mal humor recae en todo lo que le rodea. Sus vecinos, su ex pareja, sus compañeros de trabajo, su familia… todos son el objetivo de sus pensamientos menos agradables. A través de una compañera de trabajo, Víctor ha conocido a una mujer con la que tiene varias citas, también aquí mostrará sus dudas sobre él mismo, sobre la chica, y el recuerdo de su ex pareja y todo lo que esperaba y deseaba de aquella relación.
Regresando a su profesión. En la oficina su fastidio va en aumento cuando tiene que lidiar con su superior. Víctor desconoce todavía lo que le espera, así que por el momento solo se dedica a criticar internamente a cada persona con la que se va cruzando (esta es su manera de presentarnos a los personajes secundarios).
En su primera visita del día descubrirá que uno de sus usuarios ha sido ¿asesinado? La duda queda resuelta cuando más casos tienen lugar en un periodo muy corto de tiempo. El protagonista confiará en las personas más cercanas a él para comunicar sus sospechas: la ciudad está plagada de una planta de eucalipto que desprende un olor insoportable, y ha observado que siempre hay un eucalipto en las viviendas de los ancianos que han perdido la vida. ¿Ha visto el protagonista demasiadas películas de ciencia ficción y terror? ¿Podrá confiar realmente en alguien o su vida corre peligro debido a unas plantas que en un principio parecían inofensivas?
La trama recuerda a la ya mencionada La invasión de los ultracuerpos, de Philip Kaufman. El escritor hace una referencia directa de esta en la novela, además de revelar al final de la misma el deseo de escribir una historia de este tipo cuando vio la película por primera vez. En la novela aparecen muchas referencias de películas, series, música, libros… que nos sumergen en la cultura de la década de los ochenta y dotan a la historia de una dosis de nostalgia que nos llega a través del protagonista.
Estas referencias harán las delicias para quienes, como en mi caso, disfrutamos de la cultura musical y seriéfila de la década, pero para mí no han sido suficientes. Un protagonista con el que no conecté en ningún momento, que me resultaba demasiado desagradable por su diálogo interno y del que no me interesó su evolución. ¿Es posible que en algún momento se cruzara por mi mente un pensamiento en el que el protagonista caía en los brazos de la plaga? Sí. Pero decidí darle una oportunidad para descubrir cómo poco a poco evolucionaba como personaje.
Los personajes secundarios acompañan al protagonista, entrando y saliendo de escena en los momentos adecuados. El protagonista, Víctor, los tiene demasiado estereotipados y es lo que vemos nuevamente a través de sus ojos. Por cierto, quería gritarle en varias ocasiones qué problema tenía con The White Stripes.
El autor consigue crear una atmósfera asfixiante. Calor, humedad y olor a eucalipto. Creo que no es necesario añadir más. Pero Marc Pastor lo hace y nos ofrece a un personaje que desde el inicio vomita sus pensamientos y a todo ello hay que sumarle la ola de muertes y personas que comienzan a actuar de un modo extraño.
En su primera visita del día descubrirá que uno de sus usuarios ha sido ¿asesinado? La duda queda resuelta cuando más casos tienen lugar en un periodo muy corto de tiempo. El protagonista confiará en las personas más cercanas a él para comunicar sus sospechas: la ciudad está plagada de una planta de eucalipto que desprende un olor insoportable, y ha observado que siempre hay un eucalipto en las viviendas de los ancianos que han perdido la vida. ¿Ha visto el protagonista demasiadas películas de ciencia ficción y terror? ¿Podrá confiar realmente en alguien o su vida corre peligro debido a unas plantas que en un principio parecían inofensivas?
La trama recuerda a la ya mencionada La invasión de los ultracuerpos, de Philip Kaufman. El escritor hace una referencia directa de esta en la novela, además de revelar al final de la misma el deseo de escribir una historia de este tipo cuando vio la película por primera vez. En la novela aparecen muchas referencias de películas, series, música, libros… que nos sumergen en la cultura de la década de los ochenta y dotan a la historia de una dosis de nostalgia que nos llega a través del protagonista.
Estas referencias harán las delicias para quienes, como en mi caso, disfrutamos de la cultura musical y seriéfila de la década, pero para mí no han sido suficientes. Un protagonista con el que no conecté en ningún momento, que me resultaba demasiado desagradable por su diálogo interno y del que no me interesó su evolución. ¿Es posible que en algún momento se cruzara por mi mente un pensamiento en el que el protagonista caía en los brazos de la plaga? Sí. Pero decidí darle una oportunidad para descubrir cómo poco a poco evolucionaba como personaje.
Los personajes secundarios acompañan al protagonista, entrando y saliendo de escena en los momentos adecuados. El protagonista, Víctor, los tiene demasiado estereotipados y es lo que vemos nuevamente a través de sus ojos. Por cierto, quería gritarle en varias ocasiones qué problema tenía con The White Stripes.
El autor consigue crear una atmósfera asfixiante. Calor, humedad y olor a eucalipto. Creo que no es necesario añadir más. Pero Marc Pastor lo hace y nos ofrece a un personaje que desde el inicio vomita sus pensamientos y a todo ello hay que sumarle la ola de muertes y personas que comienzan a actuar de un modo extraño.
FICHA TÉCNICA:
Marc Pastor (Traducción de Marta Alcaraz Burgueño)
Alianza editorial
Tapa blanda
448 páginas | 2018
Víctor Negro es un asistente social dedicado a la tercera edad en Barcelona. Es verano, hace mucho calor y Víctor deja pasar los días entre una dolorosa y pertinaz migraña, el vacío sentimental de una ruptura reciente y la rutina del trabajo. Una inesperada ola de suicidios de ancianos, la masiva aparición de una planta de olor pegajoso, la caída de internet y el repentino cambio de carácter entre la gente que le rodea, harán que Víctor tenga que cuestionarse todo aquello en lo que creía... para poder sobrevivir. Completa el volumen el magnífico relato «Camp Century», que comparte claves y atmósfera con " El año de la plaga " .