Ciencia ficción con trasfondo ecológico, donde la autora nos sumerge en una historia asfixiante y aterradora. Después de leer esta novela corta me embargó la desesperanza, tanto por su desarrollo, donde Kirmen se entrega a su papel de elegido, como por su desenlace.
La atmósfera se cubre de polvo. hollín y guijarros. Las enfermedades y el hambre comienzan a abrir una brecha entre la población. Hay afortunados que sobrevivirán a las devastadoras tormentas de arena: quienes tienen medios y el poder suficiente como para obtener una invitación para habitar en las cúpulas. El resto de población tendrá que permanecer fuera, y no conseguirá sobrevivir a este mundo.
Un joven doctor es informado por otro colega sobre la existencia de las cúpulas, en las que su vida podrá continuar sin ningún tipo de preocupación.
En el capítulo cero descubrimos cómo el sentimiento de supervivencia puede llevarnos a tomar decisiones egoístas. Lo hacemos a través del punto de vista del doctor, quien en apariencia debe interesarse por el bienestar y salud de las personas que han enfermado debido a las condiciones del planeta, pero decide enarbolar la idea de no poder hacer nada por ellos y salvarse a sí mismo refugiándose en las cúpulas.
La atmósfera se cubre de polvo. hollín y guijarros. Las enfermedades y el hambre comienzan a abrir una brecha entre la población. Hay afortunados que sobrevivirán a las devastadoras tormentas de arena: quienes tienen medios y el poder suficiente como para obtener una invitación para habitar en las cúpulas. El resto de población tendrá que permanecer fuera, y no conseguirá sobrevivir a este mundo.
Un joven doctor es informado por otro colega sobre la existencia de las cúpulas, en las que su vida podrá continuar sin ningún tipo de preocupación.
En el capítulo cero descubrimos cómo el sentimiento de supervivencia puede llevarnos a tomar decisiones egoístas. Lo hacemos a través del punto de vista del doctor, quien en apariencia debe interesarse por el bienestar y salud de las personas que han enfermado debido a las condiciones del planeta, pero decide enarbolar la idea de no poder hacer nada por ellos y salvarse a sí mismo refugiándose en las cúpulas.
Tiempo después, Kirmen despierta tras ser sometido a una nueva operación. El Doctor le hace compañía, aunque desde el primer momento solo utiliza palabras para atacarle y mostrar el rechazo que el adolescente le produce. Para Kirmen el sentimiento es mutuo, pues no soporta los tratamientos, operaciones, y el regodeo del Doctor, quien guarda en su despacho todos los quistes que le ha extirpado, a los que incluso ha puesto nombre.
Desconocemos el tiempo que ha pasado desde el comienzo de las tormentas, pero está claro que el apocalípsis ha terminado y que todo lo que queda fuera del Claustro está yermo. La vida en las cúpulas ha cambiado a los supervivientes. Aunque en su juventud el Doctor tuviera un momento donde pensó en sí mismo (a través de la persona que le mostró una salida), su carácter era más amable y mostraba más entrega, mientras que la figura del presente es un ser un tanto despreciable (la escena junto a Jana es repulsiva).
Kirmen es el elegido. Se entrega a los experimentos que el doctor realiza en su cuerpo para salvar a los humanos que consiguieron sobrevivir. Humanos que le desprecian por ser diferente, por su apariencia, sus deformidades. En el protagonista recae la posibilidad de cambiar la situación, de regresar al mundo exterior y respirar aire puro, pero el miedo por lo diferente y extraño se impone. Incluso su padre evita su presencia. La excepción es Jana, con quien el joven ha vivido los momentos de mayor felicidad.
Cristina Jurado nos traslada a esa atmósfera asfixiante, no solo por las condiciones climáticas, sino por la deshumanización que han sufrido los supervivientes debido a la falta de recursos y los problemas a los que deben enfrentarse en la actualidad (aunque parecía que en las cúpulas iban a llevar una vida normalizada, hace años que un embarazo no llega a buen termino, por ejemplo). Esta sensación de estar destinados al fracaso, pues si continúan sin tener descendencia, finalmente la población se extinguirá, les ha llevado a cometer actos que nunca antes se hubieran planteado. La desesperación y la locura convierte a Kirmen en un personaje kafkiano, acercando la novela al género de terror.
FICHA TÉCNICA:
Cristina Jurado
Editorial Cerbero | Wyser nº4
Bolsilibro | Ebook
142 páginas | 2017
¿Quién es Kirmen? ¿Por qué el joven no se parece a sus padres, ni a su amigos, ni a ninguno de los habitantes del Claustro? En el exterior de las cúpulas que protegen a los últimos habitantes de la Tierra, una tormenta eterna y monstruosa se ceba con el planeta. Kirmen sigue cambiando y, mientras tanto, no deja de soñar con salir. Al exterior. A la tormenta. ¿Qué es Kirmen?
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