Amanecer ha sido una lectura fascinante. Desde los primeros capítulos en los que Lilith se mostraba aterrada por su situación, el desconocimiento por saber qué está sucediendo hizo que continuara leyendo sin descanso. Con la aparición de los oankali la lectura es simplemente adictiva. Me ha encantado cómo está narrado, y es que aunque la protagonista manifiesta lo horribles que son estos seres (y que solo estar en su presencia o imaginar tocarles es ya suficiente para provocar angustia y terror), tenemos la necesidad de seguir conociéndoles, de descubrir cómo funcionas sus cuerpos, sus mentes y qué quieren de los humanos.
Lilith despierta en una habitación de paredes claras con la habitual cama rígida. Tras los primeros momentos de pánico, se dedica a investigar la estancia, descubriendo que hay ropa y una puerta que la lleva hasta un aseo. En anteriores despertares no tuvo la misma suerte... Pronto descubre que este despertar puede ser el último.
Una figura repulsiva aparece en la habitación. Un oankali, quien le explica que fue rescatada de La Tierra hace doscientos cincuenta años y puesta a dormir salvo en pequeños intervalos donde fue despertada para ser estudiada (estos intervalos suman dos años en total). Lilith solo ha envejecido durante el tiempo que ha estado despierta, pero se resiste a la idea de que haya pasado tanto tiempo y que en La Tierra ya no quede nada de lo que ella conoció.
Junto a esta figura irá descubriendo quienes son y que pretenden hacer. Los oankali no son altruistas. Han salvado lo que quedaba de la raza humana por un motivo. Son comerciantes, y entre nuestra devastación causada por las guerras y nuestra propia naturaleza humana, han encontrado una fuente de riqueza. En gratitud por mantener con vida a los últimos humanos (y devolverles la posibilidad de regresar al planeta Tierra, el cual han modificado para hacer habitable una vez más), han cogido lo que les resulta útil y pretenden intercambiar aún más cuestiones, que les serán reveladas a la protagonista.
Lilith Iyapo es un personaje muy complejo. En el transcurso de la novela sus sentimientos y pensamientos van evolucionando, pasando desde el miedo y el desconocimiento (no sabe por qué ha terminado en un cuarto encerrada y quienes son sus captores), al desconcierto al enfrentarse a la realidad del lugar donde se encuentra, soledad y perdida al descubrir cuales fueron los últimos momentos de la humanidad en el planeta, y un gran rechazo hacia los oankali y todo lo que representan. Pero tras esto tendrá que tomar grandes decisiones. Si quiere continuar despierta y seguir viviendo con el sueño de regresar un día a su mundo, tendrá que colaborar con los oankali, aunque esto la convierta en enemiga de la humanidad.
Conoceremos a los oankali a través de personajes como Jdahya y Nikanj, quienes irán instruyendo a Lilith para que tenga todos los conocimientos necesarios para entenderlos. Es una raza muy interesante, aunque a través de los ojos de la protagonista sabemos que su presencia es aterradora (y también sus intenciones futuras), no dejan de ser fascinantes debido al sentido de su propia existencia a través de los siglos (no entro en detalles, porque es interesante descubrirlo durante su lectura) y por sus características sexuales y algunos de sus conceptos, como el de la familia.
El sentimiento de soledad y de pérdida; el miedo hacia lo distinto y desconocido; los lazos familiares. Lilith irá adaptándose a su nueva realidad. Cambiará pero siempre mantendrá esa sensación de sentirse cautiva de algo que ella no eligió. El desenlace, en el mismo tono que la mayor parte de la novela, nos invita a la lectura de la segunda parte de la trilogía, «Ritos de madurez», la cual leeré en breve porque estoy deseando saber cómo continúa la historia de Lilith, y si la misión que le encargan los oankali ha tenido recompensa o si hubiera sido mejor no ser salvados de nuestra propia destrucción.
FICHA TÉCNICA:
Octavia Butler (Traducción de Luis Vigil)
Xenogénesis #1 (Xenogenesis #1)
Ultramar
Tapa blanda
319 páginas | 1989
Cuando Lilith Iyapo despertó ya no estaba en la Tierra. Porque la Tierra estaba muerta, y Lilith, temía, estaba viva. Pero los terrores que atormentaban su pasado no eran nada comparados con el futuro que sus salvadores alienígenas habían elegido para ella. Los oankali, comerciantes genéticos que manipulaban el ADN, como el hombre que había moldeado en sus tiempos el metal, exigían su precio por el rescate de la humanidad. Y su precio era la única herencia que la especie humana tenía por ofrecer: ¡los oankali querían a cambio la propia humanidad!
VALORACIÓN:
VALORACIÓN:
Ojalá la reediten, por dios santo :)
ResponderEliminarHa sido una suerte encontrarlo. Agradecida con la persona que ha estado pendiente del catálogo de ciencia ficción en la biblioteca.
EliminarY si, yo también espero que los reeditem y que la trilogía llegue a todos los lectores.