Repaso a las series vistas en los últimos meses: Big Little Lies, Doctor Who, Jane the Virgin, Orphan Black, Iron Fist, Please Like Me, The Defenders y Veep.
Testamento Gabriella Campbell y José Antonio Cotrina Crónicas del fin #3 Ebook 71 páginas | 2017
Escenas apocalípticas repletas de sangre y vísceras. Y monstruos gigantescos surgiendo por grietas en el cielo. Un futuro plagado de monstruos, contaminados, magia y supervivencia. A esto se suma una protagonista como Adra, con quien nos hemos adentrado en un búnker y exterminado enemigos.
Y si todo esto no es suficiente para leer Crónicas del fin, llega la tercera entrega para profundizar en la historia, con un nuevo personaje y una ambientación que se suman a las razones por las que esta saga merece mucho la pena.
El dios en las alturas, Adra toma una arriesgada decisión para poner a sus compañeros a salvo del peligro del Chacal y de los engendros. Decisión que tiene unos resultados nefastos, pues ataca a quienes pretendía mantener a salvo. ¿Qué ha sucedido con Gale y Angie? ¿Y con los miembros de Baluarte? Adra llega a su asentamiento para intentar subsanar su error.
El olor de Testamento era un aroma pesado, que se te colaba por las fosas nasales y te arañaba la garganta, un olor al que nunca te acostumbrabas. Para Adra era el olor de la seguridad. Allí estaba a salvo, o al menos estaba a salvo de los monstruos y aberraciones que vagaban por el mundo.
Testamento. Hogar de Adra y Winston.
La joven al fin llega a su vivienda y pide ayuda a su vecina, Décima, para que cuide de Gale y Angie mientras ella sale a las calles en busca de una manera de curar a Gale, quien ha sido mortalmente herido. Si, mortalmente. Dos veces.
Mientras en la primera novela Adra tenía dudas respecto a salvar al chico del búnker (y complicarse la vida), ahora está cada vez más segura de la importancia que tiene Gale en la lucha para terminar con leviatanes, engendros y otros seres. Por tanto, mantenerlo con vida es para ella esencial.
En la tercera novela aparecen personajes muy épicos, como la mencionada Décima, que nos regala una entrada triunfal y grandes momentos; y varios personajes más a los que Adra pedirá ayuda en Testamento y que funcionan bien como secundarios. Y mientras la trama se desarrolla, en esta ocasión de una manera más pausada (en la primera parte, al menos) descubrimos la grandeza de Testamento mientras acompañamos a Adra en su búsqueda.
Campbell y Cotrina reúnen en la novela todos los elementos necesarios para dar sentido al mundo de Crónicas del fin. La ambientación y localización de Testamento está narrada de una manera espectacular. Prometo que iría a una atracción donde poder adentrarme en estas calles (digo una atracción porque también hay que ser sincera, vivir siempre en un lugar como ese, no lo veo, ni me gustaría tampoco olerlo). Conocemos en mayor profundidad cómo es la vida actual en un asentamiento como Testamento, y cómo han conseguido sobrevivir después de la llegada de los leviatanes.
Esto hace que sea hasta el momento la mejor novela que he leído de la saga (¡quedan dos más por publicar! junto a una serie de relatos que los autores están compartiendo en Gabriella Literaria para hacer la espera más amena!).
Adra continúa siendo igual de misteriosa. No debe ser fácil confiar en las personas. Será con Décima con quien se sincere, revelando algo que sucedió durante su primer encuentro con el Chacal. Juntas, intentaran llegar al lugar donde obtener las respuestas necesarias. Pero esto ya será en la siguiente novela, donde Mordiscos nos llevará hasta Malparaíso.
El Dios en las alturas Grabriella Cambell y José Antonio Cotrina Crónicas del fin #2 Ebook 65 páginas | 2017
Continuamos con las aventuras de Crónicas del fin, con una segunda novela que arranca con un prólogo donde Sarah participa en la batalla librada contra los monstruos gigantes que surgieron de las grietas en el cielo. Con estos prólogos conseguimos tener cierta información sobre qué sucedió para que en la actualidad nuestra protagonista viva en un lugar tan peculiar, con la dosis justa en un pequeño prólogo que consigue que la trama de los capítulos no queden en pausa para narrar historias de otros tiempos.
El cielo está hecho de carne y vísceras. De las alturas cuelgan remolinos de materia orgánica, hebras huecas, tubulares, que se desprenden del titán que nada en la mesosfera.
De regreso al búnker, en esta ocasión desde el punto de vista de Gale tras ser dejado atrás por Adra. Winston y él esperan a si regreso tras derrotar al Chacal. Aunque él tenía dudas sobre qué pasaría después, Adra le libera y le pone en situación: deben abandonar las instalaciones pues en breve llegarán refuerzos. Desgraciadamente un grupo de guardias llega a la zona y los detiene, junto a varios contaminados más.
Adra espera paciente el momento de huir de sus captores. Aún no ha descubierto quién es en realidad Gale pero sabe que es importante y por ello decide mantenerle a su lado, a pesar de su cambio de suerte desde que decidió adentrarse en el búnker siguiendo a su perro.
Una segunda parte que sigue la estela de la anterior, ofreciendo grandes escenas de acción con los monstruos y contaminados que pueblan el planeta. Surgen grandes incógnitas en torno a la figura de Gale, del que creía que tendríamos más respuestas pero continúa siendo un misterio. ¿Se cruzará en algún momento con el protagonista de sus pesadillas? ¿Será una pieza clave para terminar con los leviatanes y otros seres?
Aquella maraña de muerte viva estaba cubierta por una película líquida, un cruce entre rocío y sudario que caía como un cortinaje raído sobre sus cuerpos. Se movían de forma dispareja, unos se arrastraban, otros cojeaban. Lo único que se movía en sincronía en aquel espanto múltiple eran los ojos (ojos grandes, pequeños, como tajos, como bocas, ojos sangrientos, esmeralda, amarillos…). Y ahora todos esos ojos estaban clavados en ellos.
Son presentados nuevos personajes, dando mayor profundidad a la historia, con los guardias y su organización, y la introducción de contaminados, personajes que en la primera novela no tenían gran protagonismo, sino que eran descritos por Adra sin un trato cercano. La vida de la protagonista se cruzará con la de los gemelos, el gigante, el chico araña, la mujer anémona... sin olvidar a Gale.
Los capítulos finales son una locura. De esos que te mantienen frente a la pantalla hasta terminar el libro, porque quieres saber qué va a suceder, aunque imaginas que nada bueno tal y como está dispuesta la partida, con demasiados frentes abiertos. ¡Parece que ninguno de los personajes reza al Dios de las alturas!
La historia continúa con Testamento, novela que reseñaré próximamente y de la que puedo adelantar es mi favorita hasta el momento.
El cielo roto Gabriella Campbell y José Antonio Cotrina Crónicas del fin #1 58 páginas | 2017
Gabriella Campbell y José Antonio Cotrina regresan con una nueva serie escrita a cuatro manos en la quenos introducen en un mundo postapocalíptico donde una serie de criaturas ha terminado con la vida de nuestro planeta tal y como la conocemos.
Confieso que comencé la historia debido a su formato. Quería una lectura corta en unas semanas que han sido una locura para mí y en las que no he leído todo lo que me hubiera gustado, por falta de tiempo y (para que negarlo) incapacidad para concentrarme en cualquier libro que comenzaba.
Pero fue leer las primeras páginas de El cielo roto y quedar prendada de su prólogo, donde criaturas de pesadilla llegaban desde el cielo para zamparse a todo ser vivo que se encontraba cerca del osado personaje que no entiendo aún cómo no arrancó el coche y salió huyendo de dicha escena. Pero claro, nos hubiéramos quedado sin las maravillosas descripciones del momento... que son canela fina.
La sombra trepadora es un escupitajo negro con patas largas articuladas y garras que atraviesan los ladrillos como si fueran de mantequilla. Arrastra tras de sí una cola bífida.
En este momento leía con entusiasmo, y en mi subconsciente comenzaba a aflorar el deseo de monstruos y mucha sangre. Porque fue leer la frase de las hilachas (y las cabezas... qué maravilla) y caer rendida ante la historia.
Una bandada de criaturas aladas oculta el cielo durante unos instantes. Sus alas son estrechas, membranosas, y vuelan arrastrando hilachas largas que bien podrían ser sus propios intestinos. Tienen cabezas enormes, con un hocico en embudo que termina en un único colmillo. Han abierto las puertas del infierno y el mundo se ha llenado de demonios.
Tras el prólogo, en el que se narra cómo comenzó todo, la historia avanza hasta el futuro. De la mano de Adra, conoceremos cómo es la vida tras la llegada de las criaturas. Con la única compañía de su galgo, Winston, la joven se dedica a cazar entre engendros y contaminados, para obtener material que pueda intercambiar por armas y mejoras. El recuerdo de tiempos mejores junto a su familia, y la sed de venganza, hacen que Adra continúe luchando y siga adelante. En un día de caza rutinaria, Winston se adentra en un búnker, y Adra le sigue a pesar de alejarse de la ruta marcada y retrasarse.
A través de la protagonista, no solo conoceremos su historia personal, sino todo la realidad del planeta tras la invasión de las criaturas. Adra nos muestra el universo que Campbell y Cotrina han construido, de una manera tan vivida que sentía estar dentro de ese búnker junto a la joven y el galgo. Junto a las (repugnantes) escenas que se suceden en la novela, la acción trepidante que no nos da un respiro en ningún momento, es esta manera de narrar lo que más me ha enganchado. Y es que he ido conociendo los entresijos de este universo a través de los ojos de Adra, de una manera tan sencilla que ni eres consciente de la gran riqueza que tiene este mundo hasta que terminas la historia.
Con tintes de ciencia ficción y fantasía, esta primera novela corta de la serie sirve de prólogo para adentrarnos en un mundo lleno de criaturas muy dispares (y de las cuales tengo ganas de saber más), tenemos una misión, muchas respuestas sin contestar y... ¡tenemos incluso armas y artefactos mágicos!
Medía unos tres metros de altura y flotaba en el centro de la sala, rodeada de plataformas. Era una aberración imposible. Era mezcla de lobo y serpiente, de sapo y caimán. Las cuencas de sus ojos estaban vacías y un bozal inmenso de metal blanco, repleto de runas, le cerraba la boca. Y aún más horrible que su forma era el estado en que se encontraba. Alguien había troceado aquella monstruosidad para luego volver a unir los pedazos a base de garfios, cadenas y sogas.
El desenlace nos deja con la miel en los labios. Por suerte, el segundo número ya está disponible bajo el título de El dios en las alturas. Aún no lo he leído porque sé que si lo hago la espera para la tercera entrega me resultará eterna, pero tiene muy buena pinta. Y además está muy bien de precio (siendo cinco entregas al final los cinco libros tendrán una extensión de una novela y el precio rondará los 15 euros, que no es nada disparatado).
Y no podía terminar sin mencionar la ilustración de la cubierta, realizada por Libertad Delgado. Las dos portadas que hemos podido ver hasta el momento me parecen maravillosas.