El muro de las tormentas (The Wall of Storms)
Ken Liu (Traducción de Francisco Muñoz de Bustillo)
La Dinastía del Diente de León #2 (The Dandelion Dynasty #2)
Alianza Editorial | Runas
896 páginas | 2017
Han pasado varios años tras el desenlace de La gracia de los reyes, donde se estableció la Dinastía del Diente de León tras la guerra con el crisantemo. Kuni Garu continúa su labor como emperador de Dara, intentando mejorar la vida de toda la población. La trama inicia con la realización del Gran Examen, en el que los estudiosos de todo el Imperio tendrán que demostrar mediante un ejercicio que realizaran durante varios días, sus conocimientos. Los mejores presentarán sus ideas ante el Emperador, quien les asignará un lugar donde jugaran un papel importante para el buen funcionamiento de la Dinastía.
La corte ha cambiado con el nuevo emperador. No solo por sus ideales y por aquellos que le rodean (y le llevaron al poder) sino por la familia imperial. Será en el seno de la familia donde comiencen a moverse las piezas en el tablero, y es que una Dinastía no puede sustentarse sin herederos. Garu muestra ante su íntimo amigo Luan Zya sus dudas y medita sobre lo que debe hacer por el bien de Dara.
Mientras tanto, la emperatriz Jia (madre de Timu y Thera) y la consorte Risana (madre de Phyro) se centran en sus hijos y el futuro, pues mientras que Timu cuenta con el apoyo de los eruditos y su figura sería importante en tiempos de paz, Phyro cuenta con el apoyo del ejercito (recordemos que Risana permaneció junto a Kuni durante la guerra, donde forjó amistad con figuras importantes dentro del ejercito, como Gin Mazoti.), esencial en tiempos de belicismo. Dejan fuera del tablero a Théra y Fara (hija de una tercera mujer, que falleció tras el parto), olvidando la sabiduría y mentalidad de Kuni.
En El muro de las tormentas la narración se detiene en una cantidad mayor de personajes. Se vuelve más coral que la anterior. Y destaca por el protagonismo que tiene la mujer en la historia. Desde Jia y Risana; pasando por Gin Mazoti y su control para movilizar al ejercito para que la sigan en batalla; Théra, quien no quiere quedar relegada tras la figura de sus dos hermanos varones, y demuestra contar con las aptitudes de ambos hermanos; y Zomi Kidosu, alumna de Luan Zya que participa en el Gran Examen y está dispuesta a mostrar al emperador que en Dara aún existen injusticias y que la paz no podrá sostenerse mientras esta situación no cambie.
Es interesante cómo la figura de las mujeres de la generación más joven tiene una mentalidad distinta. Tanto Théra como Zomi quieren salir de la sombra y demostrar que pueden ser más que jóvenes en edad casadera. En el caso de Jia y Risana, aunque ambas poderosas, no dan lugar a la posibilidad de que Dara esté preparada para contar con un sucesor que no sea hombre.
Esta parte de la historia está narrada en ocasiones de forma pausada. Sobretodo durante el tiempo en el que Zomi está siendo formada por su maestro. Aunque las conversaciones que ambos mantienen son interesantes y nos ayudan a conocer la filosofía y modo de vida del pueblo de Dara, es evidente que el avance de la historia se pausa.
Cuando el cazador se acerca con el hacha afilada, ¿Queréis seguir jugando a ser el perro leal que espera la muerte o convertiros en un lobo y luchar ferozmente por vuestra supervivencia?
Alejándonos del palacio y sus intrigas, Ken Liu ofrece un mundo de gran riqueza para quienes gustan de la fantasía más clásica, donde los dioses pasan sus horas viendo el transcurso de la vida de los humanos, donde existen criaturas como las crubens y los garinafins. Los últimos son presentados por primera vez en este libro, donde conocemos un nuevo territorio y nueva sociedad, hasta la que hombre del antiguo emperador habían llegado años atrás. Aunque la historia de los lyucu comienza a narrarse en un momento donde la otra trama se pone interesante, conocer a este nuevo pueblo ha sido una experiencia inolvidable. Y es que el autor relata con todo lujo de detalles (como ya hiciera con Dara) la historia de este nuevo continente, con sus guerras y enfrentamientos, y unas costumbres muy distintas a las que existen en Dara.
El desarrollo de la trama tiene el ritmo adecuado. Es cierto que en ocasiones es previsible lo que va a suceder, pero esto no hace que la experiencia sea negativa. Por supuesto, también hay momentos para situaciones inesperadas, siendo el desenlace uno de esos momentos, al menos, para mí. Sobre este final, debo mencionar que no es cerrado como el anterior (con la fundación de la Dinastía del Diente de León) y aunque se resuelven tramas protagonizadas por personajes que ya aparecían en la primera novela, la historia central de la novela queda abierta y tendremos que esperar al tercer libro para conocer cómo se resuelve y qué deparará el futuro a todos los personajes.
El universo inventado por Ken Liu se expande en esta novela. Las descripciones sobre el funcionamiento de maquinaria e incluso de los animales de su mitología son tan detalladas que tenía la sensación de conocer cómo es el vuelo de un garinafin. La importancia que tiene la figura de la mujer en la novela ha sido otro de los aspectos que más me ha gustado. Y por supuesto, Théra, grandísimo personaje. Una novela que, incluso, supera la calidad del inicio de trilogía.
El desarrollo de la trama tiene el ritmo adecuado. Es cierto que en ocasiones es previsible lo que va a suceder, pero esto no hace que la experiencia sea negativa. Por supuesto, también hay momentos para situaciones inesperadas, siendo el desenlace uno de esos momentos, al menos, para mí. Sobre este final, debo mencionar que no es cerrado como el anterior (con la fundación de la Dinastía del Diente de León) y aunque se resuelven tramas protagonizadas por personajes que ya aparecían en la primera novela, la historia central de la novela queda abierta y tendremos que esperar al tercer libro para conocer cómo se resuelve y qué deparará el futuro a todos los personajes.
El universo inventado por Ken Liu se expande en esta novela. Las descripciones sobre el funcionamiento de maquinaria e incluso de los animales de su mitología son tan detalladas que tenía la sensación de conocer cómo es el vuelo de un garinafin. La importancia que tiene la figura de la mujer en la novela ha sido otro de los aspectos que más me ha gustado. Y por supuesto, Théra, grandísimo personaje. Una novela que, incluso, supera la calidad del inicio de trilogía.
Las multitudes son algo delicado. A veces es suficiente un solo ejemplo para que un rebaño de ovejas se convierta en una turba de lobos.
Mil gracias a Runas por el ejemplar.
Hola :) Para mi ha resultado ser un salto tanto de páginas como de calidad. Dara se vuelve grande, los personajes son aún más interesantes, los mensajes son poderosos, las escenas de batalla se vuelven épicas y estratégicas, los discursos son conmovedores. Lo tiene todo. De mis mejores lecturas del año, y estamos en marzo. Un abrazo^^
ResponderEliminar¡Coincido! Con ganas ya de leer el siguiente, porque ha quedado una historia con una pintaza increíble *_*
EliminarBesos!