DAY, enfermo y cansado, ha perdido a casi toda su familia. ¿Podrá renunciar al bienestar de su único hermano por el bien de la República?
JUNE, solitaria y añorante, lucha por dar la talla como candidata a prínceps. ¿Podrá renunciar a su amor por el bin del propio Day?
La República está en peligro. Necesita campeones que la salven. Pero ser un campeón implica muchas renuncias.
JUNE, solitaria y añorante, lucha por dar la talla como candidata a prínceps. ¿Podrá renunciar a su amor por el bin del propio Day?
La República está en peligro. Necesita campeones que la salven. Pero ser un campeón implica muchas renuncias.
Comencé la trilogía hace más de tres años, con buenas expectativas, pues Legend, aunque tenía elementos que no me convencían (la historia romántica era poco creíble, por ejemplo), tenía tanta acción en sus páginas que hacía que no pudiera parar de leer y su desenlace me dejó buena sensación. Todo lo contrario sucedió con su continuación, y por eso tardé tanto en leer el libro que cierra la trilogía.
En Champion, nos muestra la vida de los dos protagonistas ocho meses después de los acontecimientos que tuvieron lugar en Prodigy.
Day ha recuperado a su hermano Eden, quien aún sufre dolencias por el tiempo que estuvo sometido a las pruebas médicas de la República. El mismo Day se encuentra enfermo, motivo por el cual ha apartado a June de su vida.
Por su parte, June está alejada del mundo militar, centrándose en la vida política, después de que Anden, el Elector Primo, anunciara su candidatura a Princeps de la República.
La tranquilidad de estos meses, en los que las Colonias y la República han estado trabajando en un tratado de paz, se rompen cuando los primeros afirman estar sufriendo un duro brote de peste de una cepa creada por la República. Ante estos hechos, las Colonias no dudan en romper la tregua y atacar. Nuestros protagonistas temerán por la vida de sus seres queridos y de toda la población, cuando descubra que África está mandando ayuda a las Colonias. Solos, deciden entrevistarse con los líderes de la Antártida, en busca de una posibilidad para poner a salvo a los suyos.
La trama distópica es entretenida aunque está poco elaborada. Pero como lectura sencilla y para desconectar de otras lecturas más complejas (donde hay que poner todos los sentidos, en definitiva) no está mal. Destaco la visita a la Antártida, donde nos muestra los avances (a todos los niveles) de los que disponen y el modo de vida que tienen, con el mundo de realidad virtual tan integrado al mundo real, y cómo han implicado a la población en la conservación y desarrollo del país.
Sin embargo, su trama romántica es absurda. En las primeras páginas los protagonistas enmudecen a recordar lo guapo o guapa que era... y más cursiladas. Hacia el final de la novela, parece que la escritora ha querido dejar constancia de todas las películas románticas que ha visto, y se marca un par de clichés telenovelescos que me han dejado sin palabras.
El conflicto se resuelve de manera precipitada. Y sigue sin convencerme que dos adolescentes puedan solucionar una situación tan complicada para su nación. Que si, que tienen la ayuda de ejercito, políticos, etc., pero como en la historia aparecen dos protagonistas más otros cinco personajes pues...
Una trilogía innecesaria.