23/1/18

Memorias del Gran anillo I: Dioseros



Hay días en los que comienzas a leer un libro y a las quince páginas estás dejándolo en la estantería y probando suerte con otro; y así hasta que das con una historia que te apetezca leer en ese momento. Comencé esta lectura con total desconocimiento sobre el argumento ¿Sería este mi libro?
Desde el primer episodio me sorprendió la voz de protagonista, la tierra en la que vivía y su encuentro con Isaías. Y poco a poco me fui sumergiendo en su gran universo, acompañando a los protagonistas en su aventura. 



La destrucción en el espacio era demasiado abstracta, demasiado fría. Una nave estallaba y la hipnótica danza de los escombros capturando brillos de luz solar en cada giro era algo hipnótico, un bello paisaje desconectado de la desolación y la terrible sensación de perdida que reinaba en la superficie del planet.


Isaías es profeta del Dios de Hueso. En su función de diosero, se encuentra en Calandanar, donde es acusado de adultero y tendrá que obrar un milagro para ser liberado. Su vida se cruza con la del narrador, un niño de ocho años con ceguera, a quien devolverá la vista como muestra de su poder. Tras el milagro está una máquina, DM (Deux ex machina) con la que el narrador, tras abandonar su asentamiento y comenzar a viajar con Iaías, comenzará a ampliar su mundo y a interesarse por la civilización de los funcionarios (a la cual pertenece su salvador).

A la pareja se unirá Elena, funcionaria con un nivel de diosera más elevado que Isaías. El joven iniciará su formación como diosero, y los tres se dedicarán a visitar civilizaciones.




Los personajes principales están dibujados con pequeñas pinceladas. A través de los diálogos y los pensamientos del narrador podemos conocer cómo son interiormente. Isaías y Elena tienen personalidades muy dispares entre sí, esto hará que el narrador cuestione cada situación a la que se enfrenta desde distintos puntos de vista (desde su perspectiva como una persona nacida fuera del sistema de funcionarios y criado en la calle, y desde la de sus dos superiores donde cada uno de ellos tiene una opinión sobre las creencias y religión).


La temática religiosa y bélica está muy presente en la novela.  La terna viaja por planetas donde conocen a diversas razas, cada una de ellas con creencias propias. Así por ejemplo los hama son pacíficos y solo tienen una única fuente de riquetas; los hofno son beligerantes; los iodos habitan en un lugar donde hay fenómenos atmósferios que hacen que sus vidas estén en constante peligro, pero su creencia en un ente que les salvará está muy arraigada en ello; sin olvidar a los funcionarios, civilización a la que pertenecen los protagonistas adultos, y el sistema de dioseros encargados de crear religiones para mantener a las sociedades bajo si yugo.


Una cosa que siempre les he reprochado a sus funcionarios es su especialización. Si pertenecen al ministerio de la guerra, ven atacantes en todos sitios, si pertenecen a comercio, negocio en todas partes. Los patrones mentales de cada ministerio los vuelven muy eficaces en su campo pero ciegos a otros. Yo, que me había criado ciego en una cultura hostil, no sufría de paranoia, pero si de una sana desconfianza hacia los desconocidos.


Vaquerizo se toma el tiempo necesario para construir su mundo, describiendo el funcionamiento del Gran Anillo tras la Gran Diáspora, presentando varias razas que las que los funcionarios se relacionarán (en esta o en próximas entregas) y mostrando las riquezas y carencias de su creación. Esto hace que en determinados momentos la narración sea más pausada, pero teniendo en cuenta que estamos ante el primer título de las Memorias del Gran Anillo, es esencial para que las próximas novelas continúen en consonancia al desenlace de Dioseros, sin necesidad de describir y explicar detenidamente este universo.



FICHA TÉCNICA:

Dioseros
Eduardo Vaquerizo
Memorias del Gran Anillo #1
Cerbero |  Wyser #7 
Bolsilibro  
242 páginas  | 2017

La cultura de los Funcionarios se extiende por toda la Galaxia desde sus instalaciones en el Gran Anillo, ofreciendo servicios a otras civilizaciones. Sus ministerios proporcionan, entre otras cosas, ejércitos privados, grandes ofertas de ocio o dioses hechos a medida a quien pueda pagarlos.
Un pobre ciego que pide limosna en las calles de Calandanar, ajeno a aspiraciones morales o metafísicas, se cruza en el camino de Isaías y Elena, dos dioseros que viajan a través de los planetas haciendo milagros y sorteando peligros. Desde ese momento, su vida entera, su destino y su propia fe se verán alteradas para siempre. No puede ni imaginarse todo lo que le queda por ver.



VALORACIÓN:

2 comentarios:

  1. Este es uno de los bolsilibros que al principio no me llamaba mucho y con el tiempo y las reseñas he ido teniendo bastante interés por él. Veremos que tal en algún pedido a Cerbero :)

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  2. No es quizá del estilo del que solemos leer pero parece interesante ^^

    ¡Saludos! :)

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