La polilla en la casa del humo
Guillem López
Aristas Martínez
172 páginas | 2016
Con estas palabras Veintiuno da comienzo a su historia. Como buen narrador y sincerándose con los lectores, es eso precisamente lo que hace, contar la historia según su punto de vista y dando solo la información que a él le interesa dar, y por supuesto, como a él le interesa contar. Porque cada uno cuenta su historia como quiere.
Fiel a su palabra, en esta historia hay drogas, sexo, violencia y muerte. Y miré abajo. Y no sólo miré, sino que quedé hechizada con sus palabras y fui introduciéndome poco a poco en el pozo, hasta sentirse parte de él. Sentí la miseria.
La historia del protagonista es perfecta gracias a su narración en primera persona. La guinda al pastel viene de la mano de sus monólogos internos cuando necesita desarrollar alguna idea. Pero a esto hay que añadirle la atmósfera en la que se desarrolla la trama.
Por algún motivo que desconocemos (¿O no hay motivo?) la humanidad comenzó a excavar bajo tierra, a hacer galerías y galerías... de manera que en la actualidad gran parte de la población vive bajo tierra, en los Túneles. La mayoría de los habitantes tienen una vida miserable, trabajando desde jóvenes como mineros, continuando esa excavación sin fin. Cuando alcanzan una edad más adulta, sus cuerpos son modificados, sustituyendo sus miembros por implantes de metal, de manera que puedan continuar con el duro trabajo.
Desde las primeras páginas, y conociendo muy poco sobre el mundo que habitaba el protagonista, visualicé un lugar similar al de Mad Max: Fury Road, los War Rig e Inmortan Joe. Repugnante.
En un ambiente como este, los mediocres se conforman mientras los soñadores intentan escapar. Reunir dinero y subir a la superficie o adentrarse en una casa de humo para drogarse con bok y olvidar su miseria.
Guillem López ofrece una novela plagada de crudeza. Los personajes son desagradables, por sus actos y su manera de pensar llena de egoísmo. Pero quién no sería así en un lugar como éste. Con su escritura consigue que no podamos soltar el libro hasta terminar de leerlo, aunque lo que estemos leyendo nos de asco y nos horrorice.
Y el desenlace. No puedo deciros nada sobre él, salvo que os va a encantar. Como toda la novela. Aún no sé que hacéis leyendo esta reseña (que he tardado semanas en publicar debido a la ruptura de esquemas que sufrí con ella) en lugar de correr a vuestra librería/biblioteca más cercana y ¡comenzar a devorarlo!