Los clanes de la Luna Alfana
(Clans of the Alphane Moon)
Philip K. Dick (Traducción de Estela Gutiérrez Torres)
Minotauro
206 páginas | 2007
En La Tierra, los casos de trastornos mentales aumentan exponencialmente; desbordados, los centros psiquiátricos sólo encuentran una solución: exiliar a los enfermos a una luna habitable que orbita el remoto planeta Alfa III. Sin embargo durante dos décadas se interrumpe el contacto entre los terrícolas y los desequilibrados, quienes acaban organizándose en una sociedad donde cada clan se corresponde con una patología y un rol.
Mi primer acercamiento a la obra de Philip K. Dick fue con "Ubik", que aunque me gustó, tardé en adaptarme a su estilo y no la disfruté tanto como seguro haré en una futura relectura. A través de la Biblioteca Nacional encontré online el relato "Minority Report", que me encantó . Después de leer varias reseñas sobre "Clans of the Alphane Moon" (publicado por primera vez en 1964), aunque la mayoría comenta que no es lo mejor del autor, y que posiblemente la escribió para pagar facturas, la sinopsis me hizo lanzarme a por él.
En un futuro incierto, los casos de enfermedades mentales han aumentado de tal modo que desde la Tierra se toma la decisión de desplazar a estos pacientes al satélite lunar Alfa III M2, en el sistema Alfano. Los nuevos habitantes de esta luna, empiezan a dividirse y organizarse gradualmente en pequeños asentamientos según el tipo de patología que padecen.
Dos décadas después de las últimas conversaciones con los terranos, su sistema cuenta con siete clanes, que mantienen relación entre ellos mediante un Consejo donde se reúne un miembro elegido de cada ciudad. Así pues, están los pares, que sufren de paranoia esquizofrénica, con temor a que algo malo les pueda suceder. Viven en Adolfvilla y están representados por Gabriel Baines. Los manses o mans, diagnosticados como maníacos depresivos, son los más violentos y hostiles, por lo que los pares les temen; también poseen gran creatividad. Residen en Cumbres Da Vinci y están representados por Howard Straw. Los polis, con esquizofrenia polimorfa, impulsivos e inmaduros, residen en Aldea Aldea y están representados por Annette Golding. Los deps, padecen depresión, están representados por Dino Watters. Los hebes, su clan es el que se encuentra en situación más crítica. Los hebefrénicos viven rodeados de inmundicia y resultan repulsivos para el resto de clanes aunque son conscientes de que cualquiera de ellos puede terminar en ese estado. Residen en Ciudad Ghandi, y son representados por Jacob Dimion. Los esquizos. son los esquizofrénicos, representados por Omar Diamond. Por último, los ob-coms, los obsesivos compulsivos están representados por Ingred Hibbler.
La ecuación no era fácil... había demasiados participantes en la refriega, haciendo demasiadas cosas ilógicas.
Mientras tanto, en la Tierra, Chuck Rittersdorf atraviesa una situación complicada. Acaba de separarse de su mujer, Mary, y se ha mudado a un bloque de apartamentos donde habitan personajes tan dispares como un hongo ganimediano. Su mujer sigue muy presente en su vida, y más que nunca ve peligrar su trabajo en la CIA como programador de simulacros, un trabajo que a ella nunca le agradó, y que ahora está en riesgo ya que para poder hacer frente a la pensión de sus hijos necesita un trabajo que le aporte más beneficios.
Mary Rittersdorf, psicóloga y asesora matrimonial, es seleccionada para una importante misión gubernamental. Tendrá que viajar hasta el satélite alfano y contactar con los enfermos mentales para saber cual es su estado actual.
La historia va alternando capítulos con lo que sucede en el satélite y lo que sucede en nuestro planeta. Me ha gustado pero esperaba que los capítulos dedicados a los clanes fueran más numerosos. Los representantes de cada clan son un cliché de la enfermedad, de manera que podamos conocer la realidad del lugar de una manera rápida. Tiene un estilo muy directo, no se detiene en grandes descripciones, dando importancia a los diálogos entre los personajes.
Chuck cumple como protagonista, en gran parte del libro es arrastrado por todo lo que sucede a su alrededor, algo sin duda negativo para la mayoría de protagonistas de una historia, excepto si es eso lo que quieres contar.
Ideal para cuando se necesita una historia divertida y alocada, sin tramas excesivamente complejas. No será lo mejor del autor, pero entretiene, que en ocasiones eso ya es bastante.
Mary Rittersdorf, psicóloga y asesora matrimonial, es seleccionada para una importante misión gubernamental. Tendrá que viajar hasta el satélite alfano y contactar con los enfermos mentales para saber cual es su estado actual.
La historia va alternando capítulos con lo que sucede en el satélite y lo que sucede en nuestro planeta. Me ha gustado pero esperaba que los capítulos dedicados a los clanes fueran más numerosos. Los representantes de cada clan son un cliché de la enfermedad, de manera que podamos conocer la realidad del lugar de una manera rápida. Tiene un estilo muy directo, no se detiene en grandes descripciones, dando importancia a los diálogos entre los personajes.
Chuck cumple como protagonista, en gran parte del libro es arrastrado por todo lo que sucede a su alrededor, algo sin duda negativo para la mayoría de protagonistas de una historia, excepto si es eso lo que quieres contar.
Ideal para cuando se necesita una historia divertida y alocada, sin tramas excesivamente complejas. No será lo mejor del autor, pero entretiene, que en ocasiones eso ya es bastante.
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