11/10/16

La velocidad de la oscuridad, de Elizabeth Moon




La velocidad de la oscuridad (The Speed of Dark)
Elizabeth Moon (Traducción de Rafael Marín Trechera
Ediciones B 
400 páginas  | 2005






Publicada en 2002, "The Speed of Dark" se centra en la historia de su protagonista, Lou Arrendale, un hombre con autismo que descubrirá que existe la posibilidad de ser "normal" gracias a un nuevo tratamiento. La novela fue galardonada en 2004 con el Premio Nebula a la mejor novela. 



Narrada en primera persona, acompañaremos a Lou en su día a día.  Nos adentramos en su trabajo, donde un nuevo jefe será el encargado de darles a conocer el experimento que se realizará con personas con autismo, y con el cual Lou y sus compañeros de sección serán amenazados (pueden perder sus privilegios si no se someten al tratamiento).  También conocemos a su círculo de amigos, con los que comparte diversas actividades. 

Me asusto mucho cuando alguien me habla con dureza y a veces tengo problemas para responder. He practicado para decir delante de un espejo: «Me llamo Lou Arrendale; soy autista; tengo problemas para responder», hasta poder decirlo no importa lo asustado que esté.


Es fascinante como la escritora ha reflejado la vida de Lou en todos los círculos sociales. Y cómo el autismo influye en estos. Son sus pensamientos y sus razonamientos uno de los puntos fuertes de la novela. Para quienes por nuestra formación académica o nuestro trabajo tenemos la posibilidad de tratar con personas con autismo es interesante ver todos esos pensamientos que cruzan su cabeza y la gran lucha que realiza diariamente en su interior. 

Por supuesto, Lou es un personaje de ficción y aunque realista, su situación es muy particular. Es independiente, trabajaba en una compañía farmacéutica y practica deporte en compañía de amigos. Sigue pautas y planifica y repite sus acciones de manera estricta, pero como él mismo comenta, lleva una vida lo más normalizada posible. En la vida real cada persona es un mundo... pero aún así tener la posibilidad de conocer a Lou me ha resultado enriquecedor. 

Además, debemos tener en cuenta que la historia se desarrolla en el futuro, aunque esto no se aprecia en la mayor parte de la novela, si lo hace en algunos aspectos tecnológicos y afecta de manera directa al estudio del autismo, pues los casos son tratados desde el nacimiento (e incluso antes), haciendo que los pacientes sean intervenidos y puedan tratar con el mundo en igualdad de condiciones.



 Quiero ser normal dice Cameron. Siempre quise. Odio ser diferente. Es demasiado duro y es demasiado duro fingir ser como todos los demás cuando no lo soy. Estoy cansado de eso.
 «Pero ¿no estás orgulloso de ser quien eres?» El trono de Bailey deja claro que está citando el eslogan del Centro: «Estamos orgullosos de ser quienes somos.»
 No dice Cameron. Yo fingía estarlo. Pero en realidad... ¿de qué hay que estar orgulloso? Se lo que vas a decir, Lou. (...) Dirás que las personas normales hacen lo que nosotros hacemos, sólo que en cantidades más pequeñas. Montones de personas se autoestimulan, pero ni siquiera se dan cuenta. Dan golpecitos con el pie o se retuercen el pelo o se tocan la cara. Si, pero ellos son normales y nadie les hace parar. Otras personas no establecen contacto ocular, pero son normales y nadie las obliga a establecerlo. Tienen algo que compensa la parte pequeñita de si mismos que actúa de manera autista. Eso es lo que yo quiero. Quiero... quiero no tener que intentar con tanto esfuerzo parecer normal. Sólo quiero ser normal.
 «Normal» es un secador de pelo dice Bayley.



Desgraciadamente, Elizabeth Moon exprime en exceso esa muestra de lo cotidiano. Por el argumento, es evidente que el círculo laboral debe tener un gran peso, pues es ahí donde se inicia el debate que el protagonista tendrá durante toda la novela.  Pero se detiene demasiado en el círculo de amistades y conocidos con el que practica esgrima. Esta trama se estira y obtiene demasiado protagonismo, sin necesidad de ello, pues los personajes son bastante planos (en cuanto al punto de vista que tienen hacia Lou y el autismo) y desde el principio conocemos qué sucede.



La parte final vuelve a centrarse en el experimento. El protagonista comenzará a interesarse de manera más activa en el proceso, lo que le harán y las posibles consecuencias que puede tener. Las últimas páginas me han dejado bastante indiferente,  por fortuna me quedo con la construcción del personaje y su rico mundo interior.
Después de conocer el argumento, es difícil no compararla con "Flores para Algernon" de Daniel Keyes, pero el desarrollo argumental es muy diferente.




Elizabeth Moon  es escritora de fantasía y ciencia ficción. Entre sus novelas se encuentran "Restos de población" (Ediciones B, 1998), finalista del Hugo; ocho novelas de la serie "Serrano Legacy", space opera donde la autora ridiculiza los estereotipos machistas; y la serie "Vatta's War", protagonizado también por una figura femenina. Publicó cinco novelas de fantasía a finales de los 80 y primeros de los 90, aunque ninguna de ellas se ha publicado en nuestro país. 


2 comentarios:

  1. Hola :) Hasta que te vi leyendo el libro, lo desconocía totalmente. La sinopsis me ha intrigado, y bueno como educador también, el tema del autismo es algo que siempre te toca de cerca. Como bien dices al final, me interesa más Flores para Algernon, aunque la construcción de Lou se ve algo muy interesante de leer. Un abrazo^^

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    1. A mí me ha encantado leer la vida de Lou, aunque la trama general del libro no me haya parecido tan interesante. Como dices nos toca de cerca, y es interesante poder ponernos en su lugar (Yo veo las pautas de cada uno, con el tiempo sabes a quien puedes tocar, a quien no le gusta, etc. pero el aporte de saber cómo se sienten con respecto a nosotros, me ha gustado mucho. Claro que es un caso aislado y ficticio, pero me ha puesto en perspectiva)

      Flores para Algernon me gustó mucho su argumento. Sobre autismo voy a leer en breve otro, ya contaré que tal está.

      Besote

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